sábado, 30 de mayo de 2009

Impresiones musicales I : Haendel

The trumpet shall sound

Hoy es un día de esos en los que el mundo parece haberse vestido de fiesta. Y mientras escribo estas líneas resuena en mis oídos el sonido de esa trompeta magnífica que un día habrá de despertarnos a todos con su fragor para llevarnos hacia una vida nueva. No hay espacio en el mundo que pueda contener semejante armonía, ni bóveda que no se estremezca ante tanta grandeza. No hay palabras, tampoco, para definir esta emoción que va más allá de todo lo que pueda percibirse. Podría describir esta música como fogonazos de luz que atraviesan los cielos, o como relámpagos terribles de claridad purísima, pero nada de lo que dijera sería suficiente. Si la paz, la alegría y la esperanza se convirtieran en música, si cada sonrisa que ha existido en este mundo, cada carcajada y cada lágrima se armonizaran en una sola melodía, esta sería su voz. Una voz capaz de derribar todos los muros, de atravesar los mares y de encender todos los corazones con la luz de un nuevo amanecer, de un nuevo día que no habrá de terminarse nunca.
Qué hermoso despertar...

6 comentarios:

Isa dijo...

Prefiero tu trompeta a mi despertador por las mañanas.

:)

ele* dijo...

q bonito!!;)

Egoitz T. E dijo...

esa gran desconocida; la música clásica. Si la escucháramos más puede que el mundo y la juventud no funcionara como funciona.
Haendel era grande, solo recibió dos clases de música en toda su vida. Ala.

Oier Barasoain dijo...

Buenas tío, escribo para anunciar la apertura del nuevo circo de lo absurdo en blogspot. Eres bienvenido¡¡¡

Alfredo dijo...

dulce despertar...
Estoy de acuerdo con Egoitz: quizá funcionáramos de otra manera si escuchásemos más música clásica. Al fin y al cabo, la música amansa a las fieras ¿no?

Rafa Monterde dijo...

¡Hola Pablo! Gracias por visitar mi blog. Lo cierto es que Nada es precioso en muchos aspectos. Me ha encantado. Lo que decías tú más que nada, ese mirar genuino e inocente de Andrea. En fin, te dejo la dirección de google, r.monterde89@gmail.com. ¡Saludos!